Fuentes en la Plaza Farnese

En la plaza principal del Rione Regola, dominada por el imponente palacio renacentista de la familia Farnese, el Papa Pablo III en la primera mitad del siglo XVI hizo transportar una gran pila de granito gris desde la Plaza San Marco. Adornada con anillos y cabezas de león, la cuenca pertenecía inicialmente a las Termas de Caracalla: es probable que en la nueva disposición sólo tuviera una función ornamental, puesto que la zona no estaba provista de acueductos, sino que se convirtió en un mirador privilegiado para fiestas, justas, torneos y espectáculos de todo tipo.

Aproximadamente cuarenta años más tarde, el cardenal Alessandro Farnese trasladó a la plaza una segunda cuenca de forma casi idéntica, que en principio también había sido colocada para adornar la plaza de San Marcos, por lo que ambas se situaron en la posición que tienen en la actualidad. Sin embargo, el agua para aprovisionarlas no llegó hasta la primera mitad del siglo XVII, con la restauración del antiguo acueducto de Trajano, reconvertido en Acqua Paola.

Así, en el año 1626, se convirtieron finalmente en fuentes según el diseño aportado por Girolamo Rainaldi y se colocaron en el interior de cuencas de travertino mucho más grandes situadas en un escalón. La parte central tenía un complejo balaustre sobre el que se apoyaba una pequeña pilila coronada con un lirio, blasón de la familia Farnese, desde el que salía un chorreón de agua. El agua, que discurre a través de cuatro máscaras, se derrama entonces en las cuencas romanas y, al final, en las cuencas de abajo. Las dos fuentes se distinguen por pocos detalles: la del norte, más cercana a la iglesia de Santa Brígida, es un poco más pequeña y está casi en perfecto estado de conservación, pero con signos de restauración en las cabezas de los leones; la otra cuenca que no parece haber sufrido ningún cambio, se aproxima más a la factura original.