






La más famosa de las fuentes romanas: una joya de agua y piedra
La Fuente de Trevi, lugar terminal del acueducto Vergine, el único de los antiguos acueductos en uso continuo hasta el día de hoy, es la más famosa de las fuentes romanas.
Su nombre deriva de un topónimo utilizado en la zona desde mediados del siglo XII, Regio Trivii, en referencia a la confluencia de tres calles en la plaza, o de la triple salida del agua de la fuente original.
La construcción de la actual Fuente de Trevi se debe al Papa Clemente XII quien, en 1732, lanzó un concurso en el que participaron los principales artistas de la época. Entre los diversos proyectos presentados, se eligió el del arquitecto Nicola Salvi.
Apoyada en el Palazzo Poli, la fuente se desarrolla en una gran cuenca con la representación un amplio acantilado animado por la representación escultórica de numerosas plantas y el espectacular flujo de agua. En el centro domina la estatua de Océano conduciendo el carro en forma de concha tirado por un caballo enojado y un caballo plácido y retenidos por dos tritones.
En la fachada, articulada a modo de arco de triunfo, hay dos relieves que aluden a la leyenda de la fuente y a la historia del acueducto: a la derecha, la virgen indicando la fuente a los soldados romanos y, a la izquierda, Agripa que ordena el inicio de la construcción del acueducto. El aparato decorativo se completa con dos figuras alegóricas que potencian los efectos beneficiosos del agua, Salubridad y Abundancia, colocadas en los nichos laterales.
La construcción fue completada por Giuseppe Pannini, quien modificó parcialmente el acantilado al regularizar las cuencas centrales. Después de una restauración en los años 1989-1991, la última gran restauración tuvo lugar en 2014, gracias a la contribución financiera de la Casa de Moda Fendi.
Antes de marcharte no se te olvide arrojar una moneda a la fuente, porque como dice la costumbre eso te hará volver a Roma. Y si buscas un poco de romance, e incluso un amor italiano, tendrás que lanzar una segunda y tercera moneda para asegurarte de que las campanas de boda suenen tan pronto como posible.
La Fontana di Trevi fue el escenario de ensueño de la escena más famosa de la película La Dolce Vita del director Federico Fellini; una provocadora Anita Ekberg envuelta en un largo vestido de noche negro llama a Marcello Mastroianni: “¡Marcello, ven aquí!”, mientras se sumerge sinuosamente en las resplandecientes aguas de la fuente.
Palacio Poli - Fuente de Trevi


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