Palacio Ferrajoli

Situado entre la via del Corso y la plaza Colonna, en una ubicación privilegiada en el corazón del distrito comercial y de los grandes edificios políticos de la ciudad, el Palacio Ferrajoli se alza sobre las antiguas residencias de la familia Del Bufalo-Cancellieri, una familia de la antigua nobleza romana que ocupó cargos civiles en la Curia y el Capitolio.

En el siglo XVI, el imponente edificio contaba con fachadas parcialmente decoradas con frescos, pero en 1561 fue modernizado por el renombrado arquitecto Giacomo Della Porta (1540-1602) y posteriormente renovado en 1626 por Francesco Peparelli - gracias a cuya intervención adquirió su aspecto actual - con motivo del matrimonio de Paolo Del Bufalo con una Santacroce.

Hogar de prelados, soldados y cardenales de alto rango, en 1728 pasó al los marqueses Niccolini tras el matrimonio de una de las hijas de Del Bufalo. Durante el imperio napoleónico, el Cardenal Giuseppe Fesch, tío de Napoleón Bonaparte y embajador de Francia en Roma, se estableció allí. En 1850, fue adquirido por el Marqués Giuseppe Ferrajoli.

La fachada de cuatro plantas, con vistas a la plaza Colonna, está dividida en tres secciones por cuatro bandas verticales de sillares, mientras que las hiladas discurren entre la segunda y la tercera planta. A ambos lados del portal se encuentran seis grandes puertas de comercios alternadas con cuatro más pequeñas. Pequeñas ventanas cuadradas con marcos sencillos dan al entrepiso y al ático; en la planta noble, hay once ventanas arquitrabadas, la última de las cuales da a un balcón esquinero con vistas a la Via del Corso. Las ventanas de la tercera planta tienen marcos sencillos.

La fachada de la via del Corso, también de cuatro plantas, presenta puertas de tiendas en la planta baja; ventanas cuadradas con balcones en el entresuelo; en el extremo izquierdo de la planta noble y en ambos extremos de la tercera planta, las ventanas se abren a balcones sostenidos por ménsulas. La cornisa con ménsulas presenta rosetas y elementos heráldicos de Ferrajoli; encima se encuentra una terraza cubierta con arcos de medio punto. En el patio hay una fuente con el escudo de armas de Ferrajoli.

Entre los espléndidos salones del palacio, con mobiliario de época y preciosas decoraciones, destacan la Sala dei Gigli, cuyo techo y tapices están adornados con lirios florentinos, símbolo de los Niccolini Marchesi; la Sala Colonna, desde donde se puede disfrutar de una magnífica vista de la Columna Antonina y de una magnífica ilusión óptica llamada la "Columna Loca", donde cuanto más se aleja uno de la ventana, más se acerca la columna; la Sala Pio IX, que alberga los guantes, las zapatillas y otras reliquias del Papa en una vitrina; y la Sala Rossa, desde donde se puede admirar el Palacio Chigi, sede del Gobierno italiano. Finalmente, desde la espléndida terraza con vistas al palacio, se puede disfrutar de una encantadora y evocadora vista de los tejados del centro histórico de Roma.