Palacio Altemps

El Palacio Altemps se encuentra cerca de la Piazza Navona y es uno de los sitios del Museo Nacional Romano. Construido en 1477 por Girolamo Riario, duque de Imola y sobrino del papa Sixto IV (1471-1484), sobre edificios medievales anteriores, incluyendo pequeñas casas adosadas, torres y jardines, en su construcción participaron Melozzo da Forlì, Luca Pacioli y quizás incluso Leon Battista Alberti.

En 1511, el edificio fue vendido al cardenal Francesco Soderini; durante este período, y tras la muerte del cardenal en 1524, el palacio fue renovado y se convirtió en la residencia del cardenal Innocenzo Cybo. Se cree que Baldassarre Peruzzi realizó algunas obras durante este tiempo.

En 1568, el palacio fue adquirido por el cardenal Marco Sittico Altemps, hijo del conde alemán Wolfgang Hohenems (conocido como Altemps en Italia) y Chiara Medici, hermana del papa Pío IV (1560-1565). El cardenal Marco Sittico realizó importantes modificaciones en el edificio entre 1577 y 1595, año de su muerte. Estas obras fueron diseñadas por Martino Longhi el Viejo, quien fue responsable, entre otras cosas, de la torre construida en la esquina que da a la plaza Sant'Apollinare; esta terraza estaba coronada por cuatro chapiteles piramidales y cubierta por una cúpula rematada por un carnero rampante, símbolo de la familia Altemps.

Numerosos artistas de renombre participaron en la obra, entre ellos Giacomo Della Porta, Flaminio Ponzio, Tommaso Schiratti, Girolamo Rainaldi y Onorio Longhi. A principios del siglo XVII, el duque Giovanni Angelo Altemps, sobrino del cardenal Marco, mandó construir la capilla de Sant'Aniceto, el Teatro Goldoni, considerado uno de los más antiguos de Roma, y ​​la biblioteca. La capilla albergaba las reliquias del papa mártir Aniceto (155-166 d. C.), halladas en las catacumbas de San Calisto y donadas por el papa Clemente VIII en 1603; este es el único caso de un papa enterrado en un edificio privado. La capilla fue decorada por Pomarancio y Ottavio Leoni.

En 1887, el palacio, que pasó a ser propiedad de la Santa Sede, albergó el Pontificio Colegio Español. En 1982, fue adquirido por el Estado italiano y, tras una profunda restauración, se convirtió en la sede del Museo Nacional Romano, que conserva los restos de la colección Altemps y otras importantes colecciones de obras antiguas, como las colecciones Boncompagni Ludovisi, Mattei y Del Drago Albani. El palacio tiene planta en forma de L y tres plantas: la primera cuenta con ventanas sencillas enmarcadas, la segunda con ventanas arquitrabadas con balcones y la tercera con ventanas arquitrabadas; el edificio está rematado por una cornisa y cerchas. La fachada que da a la Piazza Sant’Apollinare presenta numerosas entradas a través de corredores, mientras que la de la Via di Sant’Apollinare alberga la entrada principal y estructuras rústicas en las esquinas. Esta entrada conduce al patio, con pórticos que se abren en el lado de la entrada y en el lado opuesto, rodeado de ventanas en los otros dos lados y decorado con los escudos de armas de las familias Altemps y Orsini. Algunas de las estatuas que componen la gran colección de Altemps se encuentran aquí.

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