Tal como la vemos hoy, la hermosa fuente enclavada en un nicho en el muro que rodea el Parque Savello, más conocido como el Jardín de los Naranjos, data de la década de 1930. Pero su historia es curiosa, ya que la fuente está compuesta por dos piezas más antiguas reutilizadas.
En el centro de una pila rectangular, ligeramente rebajada respecto al nivel de la calle, se encuentra un elegante baño termal de la época romana, adornado con asas en bajorrelieve. La máscara de ceño fruncido y espeso bigote que la corona fue esculpida en 1593 por Bartolomeo Bassi, basándose en un diseño de Giacomo Della Porta, para decorar una fuente situada en Campo Vaccino, antiguo nombre del Foro Romano.
En la primera mitad del siglo XIX, la fuente del Foro fue desmantelada por el papa Pío VII Chiaramonti, y la máscara se reutilizó para una fuente erigida en la margen derecha del Tíber, cerca del puerto Leonino. Sin embargo, permaneció allí solo hasta 1897, cuando esta segunda fuente también fue desmantelada para la construcción de los muros del río.
La escultura acabó así en los almacenes municipales y fue finalmente recuperada aquí en 1936 por el arquitecto Antonio Muñoz, quien la utilizó para embellecer aún más la plaza del Aventino, que da a la entrada de la iglesia de Santa Sabina y al Parque Savello.
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