Anfiteatro Castrense

Después del cruce de via Nola, la Muralla Aureliana llega e incorpora los restos del Anfiteatro Castrense, uno de los monumentos más importantes e imponentes. Con toda probabilidad fue construido por el emperador Elagabalo (218-222) como anfiteatro de corte anexo a la residencia imperial sessoriana (castrum = recidencia imperial).

El monumento tiene unas dimensiones de 88 metros de largo, y de 75,80 metros de ancho; el aspecto original de la elevada, internamente en ladrillo, en tres órdenes de arcos, actualmente se puede reconstruir por medio de vistas antiguas realizadas antes del pontificado de Paolo IV (siglo XVI) cuando, por necesidad de defensa, se redujo al primer orden. Además, debido a la reducción del plan circundante, actualmente las fundaciones en hormigones conglomerados están descubiertas.