Iglesia de Santi Sergio e Bacco degli Ucraini

En la Plaza Madonna dei Monti, situada entre preciosos edificios de época, animados locales nocturnos y cafés, se puede visitar una iglesia pequeña y muy antigua de rito ucraniano-bizantino.

 Sergio y Baco fueron dos militares del ejército romano los que sufrieron el martirio a las órdenes del emperador Maximiano en el siglo IV: sus cultos se difundieron muy rápidamente en el Imperio, tanto que en el siglo IX ya existían cinco iglesias consagradas a ellos en Roma.

Esta iglesia se cita la primera vez en el siglo IX y luego de nuevo, dos siglos después, en las escrituras de Gregorio VI y Gregorion VII con el nombre de monasterio de San Sergio en Suburra.

 La iglesia, reedificada después del Saqueo de Roma en 1527, se restauró nuevamente la primera mitad del siglo XVII por encargo del cardenal Antonio Barberini cuyo nombre está grabado en una inscripción rememorativa encima del arco de la iglesia. El Purpurado era hermano del Papa Urbano VIII, y éste concedió el lugar a los Monjes Rutenos de San Basilio (de rito oriental y de la jurisdicción eclesiástica de Kiev), que todavía ahora lo administran. 

El año 1718 se halló un fresco de la Virgen debajo del estuco de la sacristía: la imagen, reconocida como milagrosa, se situó sobre el altar mayor, en el que hasta hoy permanece, y la iglesia fue denominada popularmente por los habitantes como "Madonna del Pascolo".  Gracias a este descubrimiento, el año 1741 un grupo de fieles financió la reconstrucción de la iglesia según un diseño de Francesco Ferrari. La iglesia recibió más modificaciones al final del siglo XVIII y luego el año 1896.

Desde 1961, constituye entre las tres iglesias nacionales de los Ucranianos en Roma. 

Su hermosa portada del siglo XIX que fue restaurada en el año 1970, es de estilo neoclásico y tiene un portal de travertino del siglo XVII. El espacio interior tiene una única nave con bóveda de cañón muy bien ornamentada y con un fresco del siglo XVIII de Sebastiano Ceccaroni. En el altar mayor hay un retablo con dos columnas en verde clásico y capiteles corintios de bronce, realizada en el siglo XVIII por Filippo Barigioni. Además, en su parte interior se conserva la figura de la "Madonna del Pascolo", revestida de plata.