Iglesia de Santa Maria della Pace

En un rincón semioculto, a pocos pasos de la piazza Navona, se encuentra una de las joyas de la Roma renacentista y barroca: la Iglesia de Santa Maria della Pace.

La iglesia se levanta en el lugar en el que se encontraba Sant'Andrea de Acquarenariis, llamado así por los vendedores de agua de la zona, que tras extraer el agua del Tevere, la purgaban de la arena que se mezclaba. 

Según la leyenda, en 1480 la imagen de la Vergine que estaba bajo el pórtico empezó a sangrar, tras ser golpeada por una piedra lanzada por un soldado borracho. El Papa Sisto IV acudió al lugar e hizo cambiar el nombre de la iglesia por el de Santa Maria della Virtù.

La iglesia se llamó entonces Santa Maria della Pace para conmemorar la concluida paz de Bagnolo que puso fin a la guerra entre el Stato Pontificio, Venezia y el Regno di Napoli.

El proyecto de una nueva iglesia se encargó al arquitecto Baccio Pontelli, mientras, que a principios del siglo XVI Bramante construyó el chiostro y el convento contiguo. La cúpula no se añadió hasta 1524 por proyecto de Antonio da Sangallo il Giovane y está decorada con estucos de Pietro da Cortona y pinturas de Peruzzi y Carlo Maratta.

En 1656, Pietro da Cortona creó la fachada convexa original que fue encargada por Alessandro VII Chigi. Pares de columnas sostienen un pórtico semicircular a cuyos lados hay pilares con columnas decoradas con putti.

Atravesando el antiguo portal del siglo XV, la iglesia tiene una sola nave con capillas laterales. Entre ellas mencionamos la hermosa Cappella Chigi construida por encargo de Agostino Chigi, banquero del papa. El diseño es de Raffaello, quien también concibió y creó el fresco sobre el arco de la capilla, que representa a Sibille e Angeli y a los cuatro Profeti en el luneto que, tras su muerte, fueron completados por su alumno Timoteo Viti en 1514. 

También cabe destacar la Cappella Cesi, de Antonio da Sangallo il Giovane, y la Cappella Mignanelli, decorada con espléndidos mármoles procedentes del Tempio di Giove Ottimo Massimo. 

La Cappella Ponzetti y la Cappella Olgiati, por su parte, están decoradas con frescos de Baldassarre Peruzzi y Orazio Gentileschi, respectivamente.

En 1614, Carlo Maderno diseñó el altar, para enmarcar el cuadro de la Madonna col Bambino.

Uno de los elementos más característicos de la iglesia es sin duda el llamado Chiostro del Bramante, una de las obras más importantes del Renacimiento y una de las primeras obras romanas del artista, tras su estancia en Milano.

Hoy en día, el Chiostro acoge exposiciones y eventos de importancia internacional.